Y lo digo muy enserio. Pero de pronto voy muy rápido, los voy a ubicar un poco antes de que pongan esa cara de ¿y de quién rayos estas hablando?...
Alexander Wood es el tara…ehem…el genio que inventó la aguja hipodérmica. Ya saben, esa que se usa para hacerte inyecciones médicas. Y NO ME VENGAN CON QUE ES UN GRAN AVANCE PARA LA MEDICINA Y CON ELLA ES MUY POSIBLE MUCHAS COSAS Y SIN ELLA ESTARÍAMOS PERDIDOS!
Yo simplemente la odio. Odio ese pedazo de metal delgado con un hueco en el centro. Lo odio y punto. No me gusta y nunca me gustará, y cada vez que me van a poner una inyección grito y/o lloró, y siempre gritaré y/o lloraré. No puede haber una manera menos dolorosa de hacer estas cosas?
Digo, si podemos inventar algo que nos lleva a la luna, o algo que nos permite comunicarnos fácilmente con personas que están al otro lado del mundo, como Skype, y todas estas pendejadas avanzan cada 5 minutos gracias a nosotros…
¡¿Por qué no se pueden inventar un modo menos doloroso para hacer este tipo de cosas?!
No lo asimilo ni lo comprendo.
¿Por qué toco el tema de las agujas hipodérmicas? Es solo otro de los tantos conceptos que se cruzan por mi Garabato…además hoy empezó mi nuevo medicamento bilógico para controlar mi artritis sistémica…
…Creo que no había mencionado antes (en este blog) que tengo artritis sistémica, pero es porque la mayoría de los que están leyendo esto ya me conocen, y pues los que no ahí les va: Tengo artritis sistémica…
No les voy a contar toda la historia por varias razones.
Uno, me da pereza.
Dos, es un poco dramática y este blog es para la gente happy como yo :D
Tres, solamente quiero hablar de la condenada aguja hipodérmica
Cuatro, la he contado tantas veces a tantas personas que me siento como disco rayado
Cinco, ¿qué diferencia va a haber si les cuento? No es como si contarla me vaya a curar…
…y pues ya, cinco razones son suficientes para sustentar mi rechazo a contar la historia. El caso es que empezaron a tratarme con un nuevo medicamento, el cual detesto. Es semanal, intravenoso, y la aplicación dura de seis a ocho horas. Osease (nunca me cansaré de usar esta palabra), que todas las verracas semanas, más específicamente lo martes, durante un mes entero tendré que ir al hospital San José infantil a que me chucen DOS VECES con una de esas asquerosas agujas!
El martes es, oficialmente, el día más harto de toda la semana. Estoy segura que las seis u ocho horas que estuve allí, son seis u ocho horas que jamás en mi vida voy a recuperar.
Leyeron bien. Me van a chuzar dos veces cada vez que vaya, porque es más rápido si tengo dos venas canalizadas. Para rematar, hoy me chuzaron CUATRO f*cking times.
Resulta que mi cuerpo es un poco raro…y pues cuando me asusto mis venas se asustan también y juegan “a que no me atrapas!” y se esconden, dejando a todas las enfermeras del mundo confundidas y asustadas, también. Cuando me pongo brava o desesperada, las venas que ya se canalizaron se ponen bravas o desesperadas también, y se tapan o totean, por lo tanto me tienen que chuzar otra vez.
El primer chuzón fue rápido, pero me sacaron la piedra cuando me dijeron que tocaba canalizar otra…tons se toteó :P
El segundo chuzón también fue rápido, un poco difícil porque mi brazo estaba hinchado, pero no hubo problema…
…El tercero fue una pérdida de tiempo. La enfermera la hizo por anatomía porque no podía encontrar una vena, la única que veía era la que se había dañado pero un poco más adelante, y no se sentía convencida. Entonces se fue por anatomía y solo sirvió para hacerme gritar del dolor, porque ni una gota de sangre salió.
La cuarta fue en la vena que no convencía a la enfermera, que al final resultó. Sobra decir que cada chuzón tuvo su llanto y su grito.
…mi mamá me dijo que la enfermera sudó de los nervios…jijiji
Mientras estaba en esa silla reclinable en la que tengo que esperar a que pase el medicamento, me puse a pensar. Pero no se preocupen, no me puse a pensar nada muy profundo ni filosófico…soy de mente simple y las cosas profundas y filosóficas simplemente no me dan.
Nop. Lo que me puse a pensar, dentro de muchas otras cosas, es que al llegar a mi casa investigaría por la Wikipedia a cual tarado le debo agradecer que exista la aguja hipodérmica
¡Es verdad! Les puedo jurar que en mi cabeza me dije “voy a investigar quien inventó la aguja hipodérmica, y esperen que le ponga mis manos encima” Mi mente tiene un muñequito adentro animado…como la de Lizzie McGuire :D
Pero no soy desagradecida. Sé perfectamente que esta droga me va a ayudar y voy a poder hacer muchas cosas y voy a estar más deshinchada y blablablá. Gracias! Si ven? Yo doy las gracias, porque se lo merecen…la enfermera, la droga, mi doctora y ¿por qué no? También la aguja.
Ya cumplí con la parte sentimental de blog, sigamos…
Llegué a mi casa a las 3:30pm (llegué al hospital a las 6:40am) y cumplí con mi auto-promesa. Aquí está la información de la aguja hipodérmica, por si les da hambre de conocimiento.
Pues ahí ponen varios tipos que la fueron mejorando, pero el inventor como tal es ese tal Alexander Wood ¬¬
…Sigue sin caerme bien…
¿Y eso de hambre de conocimiento de donde salió?
Suena patético…suena ñoño…suena a fo’! Cambien eso por…por…
“Aquí está la información de la aguja hipodérmica, por si les da curiosidad”
Eso está mejor.
Quiero dejar claro que ahora voy a llevar mi iPod y mi portátil al hospital, siento que muero en ese sillón sin hacer nada. Voy a poner Chespirito en el computador para no aburrirme. Sí, Chespirito!
Voy a llevar mi libro, aunque no sirve de mucho porque mis manos casi ni las puedo mover…todas canalizadas… me da susto que esa aguja se mueva y zas! Otro chuzón por pendeja!
…esas son otras cosas que me puse a pensar después en el cochino sillón café…
Pero supongo que es cuestión de acostumbrarse. Lo difícil es que sea cada semana, porque antes era cada mes y solo una vena…y solo dos horas. Quería compartirles mi opinión sobre el maravilloso (ehem, sarcasmo) Alexander Wood, tenía que sacarlo de mi sistema.
…Me siento liberada…
Danimi.





5 comentarios:
Anécdota random: cuando era pequeña le tenía un pavor asqueroso a las agujas. Una vez como a eso de los nueve años me escapé de mi madre y la horrible aguja y acabé en el techo de la casa. Aún no se como lo logré.
jajajaajaj Enserio??
...a mi no me tuvieron que chuzar mucho cuando pequeña, en realidad todo comenzó hace dos años...pero a que ser humano en su sano juicio le gusta una aguja?
...tal vez a una costurera...
Ahhh Danny, casi me orino de la risa con lo de " a que no me atrapas". Muy bueno! Ya te había posteado, pero no sé por qué no aparece el mensaje! Plop! Muy buena ésta entrada! Me gustó mucho. Te toca recurrir a la sabiduría de Pu (kung fu panda).. PAZ INTERIOR...PAZ INTERIOR..
Y a propósito... de dónde sacaste ese comic de la Rana René... buenísimo! de lujo :)
gracias tía! La imagen de rené fue rebuscando por google hahaha ya ni me acuerdo que fue lo que puse en el buscador pero me gustó tanto que tenía que ponerla :P
Publicar un comentario